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Trump dice no a estadidad de Puerto Rico por detractores


WASHINGTON. El presidente Donald Trump dijo este lunes que la estadidad de Puerto Rico es un “no rotundo” para él mientras sus detractores, como la alcaldesa de San Juan, estén en funciones.

Trump dijo en una entrevista radiofónica con Geraldo Rivera que se transmitió el lunes, que la alcaldesa Carmen Yulín Cruz era una incompetente. Yulín ha criticado la respuesta del gobierno federal ante los huracanes que arrasaron el territorio estadounidense el año pasado.

“Con la alcaldesa de San Juan tan mala e incompetente como es, Puerto Rico no debería estar hablando sobre la estadidad hasta que tenga gente que realmente sepa lo que está haciendo”, dijo Trump en la entrevista para la radio WTAM de Cleveland.

“Cuando tengan buen liderazgo” la estadidad de Puerto Rico podría ser “algo de lo que hablaran. Con personas así involucradas en Puerto Rico, sería un no rotundo de mi parte”, agregó.

El gobernador Ricardo Rosselló dijo que los comentarios de Trump trivializaban el proceso de estadidad debido a diferencias políticas.

“El presidente dijo que no está a favor de la estadidad para el pueblo de Puerto Rico, basado en una disputa personal con una alcaldesa local”, dijo Rosselló. “Este es un comentario insensible e irrespetuoso para más de 3 millones de estadounidenses que viven en el territorio de Puerto Rico”.

También cuestionó cómo el presidente de Estados Unidos podía estar en la Asamblea General de la ONU promoviendo la democracia “mientras en su propio hogar todavía existe el sistema colonial más viejo y más poblado en todo el mundo”.

Durante una entrevista con Associated Press, la alcaldesa de San Juan calificó los comentarios de Trump en relación con la estadidad como un nuevo intento de evitar asumir la responsabilidad por la “negligencia” de su gobierno en la muy criticada respuesta al huracán María del año pasado. Busca cualquier excusa para desviar la atención, aseveró.

Cruz dijo que era un “gran honor” ser señalada por Trump ya que “denota que él sabe que mientras él estaba jugando golf en Mar-a-Lago, yo estaba cubierta hasta la cintura con agua con excrementos humanos”.

Jenniffer Gonzalez, representante de Puerto Rico en el Congreso (sin derecho a voto), tuiteó: “La igualdad para los puertorriqueños no debería frenarse por una mala alcaldesa que deja el puesto en 2020 y que no representa a la gente que votó dos veces por la estadidad”.

La postura de Trump en cuanto a la estadidad de la isla contradice el programa del Partido Republicano de 2016 durante su convención nacional, en donde declaró que apoyaría la estadidad puertorriqueña.

Hace unas semanas, Trump afirmó que se había inflado el número de muertos a causa del huracán María en Puerto Rico. Expertos en salud pública han calculado que casi 3,000 personas fallecieron en 2017 debido a los efectos del meteoro.

Pero Trump acusó falsamente a los demócratas de inflar los números para hacerlo ver “lo peor posible”.

Los pronunciamientos de Trump han agitado la política en Florida, que tiene importantes contiendas para gobernador y para el Senado de Estados Unidos. El estado ya era hogar de más de un millón de puertorriqueños antes de que María golpeara la isla, sin embargo, tras el paso del huracán, decenas de miles de residentes huyeron de Puerto Rico y muchos de ellos se asentaron en Florida.

El tema de la estadidad de Puerto Rico, o algún tipo de relación semiautónoma, ha dividido a los isleños en años recientes. El debate sobre el “estatus” de la isla es el tema central de su política y divide a sus principales partidos políticos.

El gobierno federal ha dicho previamente que aceptaría un cambio de estatus si la gente apoyara claramente la decisión. Sin embargo, durante décadas, los puertorriqueños han estado divididos entre aquellos a favor de la estadidad y aquellos que quieren mantenerse como un estado libre asociado, probablemente con algunos cambios. Una pequeña minoría sigue a favor de la independencia.

En el último referendo de 2017, una gran mayoría votó por la estadidad, pero los opositores cuestionaron la validez de la votación debido a la baja participación.

Cualquier cambio necesitaría ser aprobado por el Congreso federal. La legislación de estadidad, con apoyo de republicanos y demócratas, se introdujo en junio, pero parece poco probable que gane impulso ya que los políticos siguen renuentes a abordar un tema tan polémico.

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