Este
paro general que hoy afronta Argentina es el tercero de estas características
que se convoca en el plazo de 15 meses contra el Gobierno de Macri, quien
considera que los motivos de la protesta son políticos, después de los
convocados el 6 de abril y el 18 de diciembre de 2017.
Los metrobús de las
grandes ciudades (carriles especiales para el transporte público urbano)
permanecen desiertos desde media noche y apenas circulan taxis por las calles.
En el
subte (metro) el efecto no se notará hasta la hora regular de apertura del mismo,
las 5.30 (08.30 GMT), puesto que el cierre de las líneas se produce
habitualmente antes de las 00.00 horas.
También
es casi inexistente la circulación de camiones y en Buenos Aires tampoco
funciona el tren de mercancías que comunica ambos sectores del puerto.
Los
puertos y aeropuertos, las estaciones y líneas de ferrocarril, las entidades
bancarias, las oficinas, hospitales (excepto urgencias) y centros educativos de
carácter público, los servicios de recogida de basuras y la estaciones de
servicio se verán asimismo afectados por la huelga, según la convocatoria hecha
por la poderosa Confederación General del Trabajo, que agrupa a los principales
sindicatos de Argentina.
Partidos
de izquierda contrarios a la postura de la CGT emplazaron a los trabajadores a
una concentración a las 11 de la mañana (14.00 GMT) en el Obelisco, situado en
la avenida 9 de Julio de Buenos Aires.
Al
paro decretado por la peronista CGT se sumaron la Central de Trabajadores de la
Argentina (CTA) y la CTA-Autónoma, una de las divisiones de la CTA, también se
adhirieron al llamado de la CGT.
DIARIO
LIBRE
No hay comentarios: