Fuente: Listín Diario
SANTO DOMINGO REP DOMINICANA.-El cambio de modelo de desarrollo turístico para introducir en las playas, ahora en la región Este, edificios de gran altura, modificaría la imagen turística que identifica el país, tendría un impacto negativo en el desarrollo sostenible, afectaría la dinámica del mercado inmobiliario, agravaría el déficit existente de infraestructuras y servicios básicos y olvida una vez más la planificación integral del territorio de una región de alto valor estratégico Además, se sustenta en la falsa premisa de que falta espacio para incrementar la oferta de habitaciones, porque en el litoral Punta Cana – Miches, se pueden sumar miles de habitaciones con el modelo actual.
1. Paradigma
Un cambio en el paradigma de un turismo fundado en un paisaje que integra las edificaciones y la vegetación natural, por otro de contraste entre lo edificado y la vegetación natural. El paisaje cambiaría totalmente con la irrupción de edificaciones que sobrepasarían 66 metros a la vegetación más alta existente que es de 11 metros.
El resultado es un cambio en la marca paisajística de la imagen turística que ha identificado al país y especialmente el litoral Punta Cana-Miches.
La regulación anterior es una normativa que promueve el respeto al paisaje, apoyándose en los compromisos ambientales asumidos por el gobierno. No “una camisa de fuerza”, y es exitosa, como lo demuestra que la región este tiene el más alto flujo de visitantes del Caribe y sigue aumentando, prueba de que el modelo funciona muy bien y está lejos de agotarse.
2. Sostenibilidad
Un impacto negativo en el turismo sostenible promovido por la Agenda Nacional de Desarrollo 2030 y previsto en los compromisos internacionales del país, porque abandonamos el “turismo de naturaleza” promovido en la resolución del 2012, por el “turismo de sol y playa” de la resolución del 2017, que introduce edificaciones de gran altura. Esta percepción de la vocación del territorio turístico cambia un uso sostenible de los recursos naturales con bajas densidades (40 habitaciones por hectárea,) a otro más intensivo, producto de la promoción de “sol y playa” y con densidades más altas (90 habitaciones por hectárea), en el 5% de la superficie total del terreno.
3. Inmobiliaria
Un impacto en la dinámica del mercado inmobiliario del sector ubicado entre el Boulevard Turístico y el farallón existente, alentado por la resolución que permite una altura máxima de 2niveles, queda subordinado a la dominancia de las edificaciones de 22 niveles ubicadas en la playa. En consecuencia, este sector tiene un alto potencial de arrabalización y probables áreas de asentamientos informales producto de la demanda de servicios de las nuevas edificaciones turísticas inmobiliarias y proyectos hoteleros
¿Falta espacio?
Es muy importante precisar que no es cierto que por escasez de terrenos son necesarias edificaciones altas para aumentar la cantidad de habitaciones. Aún queda mucho espacio disponible para construir miles en el litoral este, principalmente en Juanillo-Miches, con el mismo paradigma de baja altura, respeto al paisaje, como hasta ahora.
Las alturas propuestas sirven indistintamente para el desarrollo de un turismo inmobiliario o de complejos turísticos hoteleros, sin considerar que no tienen las mismas características y generan diferentes exigencias en los servicios.
La nueva resolución con edificios altos no prevé las áreas dedicadas a estacionamientos y la cantidad por habitación hotelera o por apartamento; no considera la demanda de agua, alcantarillado sanitario, electricidad y disposición de residuos sólidos.
El cambio aconseja reflexionar sobre lo que ha pasado en otros destinos, como el caso Juan Dolio que en 10 años pasó de 8 hoteles a 2 actualmente.
El cambio en El Macao provocará exigencias para que se permita lo mismo en otras zonas del Boulevard Turístico, en áreas con alta posibilidad de alentar la especulación inmobiliaria con alturas, porque no presentan los niveles de vulnerabilidad ambiental existentes en El Macao. Esto demandaría aumentar la infraestructura básica, que ya es deficitaria y no satisfacen las necesidades de los asentamientos humanos existentes.
Planificación integral
El cambio de paradigma en el paisaje turístico con edificaciones de 77 metros de altura, acentúa aún más la desigualdad de un territorio carente de infraestructura básica sostenible, y afectado por una constante arrabalización de los asentamientos humanos para la población residente.
Nuevamente se descarta la correcta planificación integral del territorio, necesaria para propiciar un desarrollo turístico sostenible. En cambio se insiste en planificar por partes, a pesar de que la importancia estratégica del litoral Juanillo-Miches demanda un plan de ordenamiento territorial INTEGRAL, que asuma todas las implicaciones económicas y sociales.
La necesaria revisión integral del plan de ordenamiento del territorio en este litoral deberá mostrar flexibilidad en las alturas que no deberían superar un rango entre 6 y 10 niveles en las zonas próximas al Boulevard Turístico y zonas urbanas, por la demanda de accesibilidad y servicios que se genera, y la distancia de la zona costera marina. Debe mantenerse el criterio de disminuir las alturas a medida que las edificaciones se apróximan a la zona costera.
Algunos elementos fundamentales no considerados en la nueva normativa con edificios muy altos, son los parámetros ambientales, el espacio público, los emplazamientos, la dinámica del tránsito y otros. Tampoco se proyecta la demanda de infraestructura básica que provocan los edificios elevados.
No existe un estudio que fundamente las respuestas que se le darían a estas necesidades.
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