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Leonel Fernández dice que solo resta que se levante el embargo comercial a Cuba

Por Loida Sánchez

Mostrando Leonel Fernández, presidente del PLD..jpgCon  el reciente anuncio hecho por el presidente Barack Obama, de los Estados Unidos, y Raúl Castro, de Cuba, de restablecer las relaciones diplomáticas entre ambos países, suspendidas desde 1961, la Guerra Fría, por fin, parece estar llegado a su término en la región del Caribe.

La consideración es del expresidente de la República,  Leonel Fernández, quien dedica su columna Observatorio Global del Listín Diario al restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba.

Precisa el ex jefe de Estado que para completar el restablecimiento de la relaciones entre los dos países del continente americano solo resta  que se levante el embargo que pesa sobre el pueblo cubano desde hace 53 años: “Sólo cuando eso ocurra podrá afirmarse verdaderamente, que la Guerra Fría ha terminado en el Caribe” , sostiene

Leonel Fernández, presidente del Partido de la Liberación Dominicana, expresa que algunas personas se cuestionaban por qué razón los Estados Unidos podían mantener relaciones diplomáticas formales, por ejemplo, con la República Popular China o con Vietnam, ambos dirigidos por el Partido Comunista de sus respectivos países, y, sin embargo, no hacer lo mismo con Cuba.

“La respuesta, invariablemente, tiene que referirse al hecho de la presencia de la económicamente poderosa y políticamente influyente comunidad cubana en el Sur de la Florida, medularmente anticastrista”, refiere Fernández en su artículo Estados Unidos-Cuba ¿Fin de la Guerra Fría?, reseñado por la Secretaría de Comunicaciones del PLD.

No obstante, aclara que recientes encuestas indican que como consecuencia de las actitudes y estado de ánimo de una nueva generación, más del 50 por ciento de los emigrantes cubanos de esa localidad favorecen en estos momentos un cambio de política de los Estados Unidos hacia la isla.

Refiere que esa situación al parecer contribuyó a que el presidente Obama haya tomado la decisión que adoptó en favor del cambio de rumbo en las tradicionalmente tortuosas relaciones entre su país y la Cuba revolucionaria; “ y esto así, en razón de que aunque no podrá presentarse como candidato en la próxima contienda electoral norteamericana en noviembre del 2016, disminuye, sin embargo, el costo político que ese histórico acto de audacia pudiese tener para el Partido Demócrata”.

El presidente de la Fundación Global, Democracia y Desarrollo recordó que desde el 2009, durante su primer período de gobierno, el presidente Barack Obama había tomado algunas medidas en favor de flexibilizar los viajes familiares, facilitar el envío de remesas a familiares y amigos, así como conceder licencias a compañías de telecomunicaciones para operar en Cuba.

“De igual manera, el gobierno cubano, que preside Raúl Castro, ha venido tomando, desde hace varios años, un conjunto de acciones que revelan la voluntad política de introducir cambios en los mecanismos de funcionamiento de la economía de su país”, explicó.

El expresidente Fernández señala que para encontrarle una solución a la situación de Alan Gross, un contratista de USAID condenado a 15 años de prisión por presuntamente intentar, mediante la distribución de equipos tecnológicos, provocar desestabilización política en Cuba; y por el otro, el de los tres ciudadanos cubanos condenados en los Estados Unidos por supuestos actos de espionaje el presidente Obama buscó durante los últimos tres años diversas alternativas, entre ellas, inclusive, la intermediación de la República Dominicana frente al gobierno cubano.

“Las negociaciones se realizaron. Hubo un intercambio de prisioneros, el anuncio de apertura de embajadas en las capitales de ambos países y la reanudación de relaciones diplomáticas formales”, relató.

“La respuesta, invariablemente, tiene que referirse al hecho de la presencia de la económicamente poderosa y políticamente influyente comunidad cubana en el Sur de la Florida, medularmente anticastrista”, refiere Fernández en su artículo Estados Unidos-Cuba ¿Fin de la Guerra Fría?, reseñado por la Secretaría de Comunicaciones del PLD.

No obstante, aclara que recientes encuestas indican que como consecuencia de las actitudes y estado de ánimo de una nueva generación, más del 50 por ciento de los emigrantes cubanos de esa localidad favorecen en estos momentos un cambio de política de los Estados Unidos hacia la isla.


Refiere que esa situación al parecer contribuyó a que el presidente Obama haya tomado la decisión que adoptó en favor del cambio de rumbo en las tradicionalmente tortuosas relaciones entre su país y la Cuba revolucionaria; “ y esto así, en razón de que aunque no podrá presentarse como candidato en la próxima contienda electoral norteamericana en noviembre del 2016, disminuye, sin embargo, el costo político que ese histórico acto de audacia pudiese tener para el Partido Demócrata”.

El presidente de la Fundación Global, Democracia y Desarrollo recordó que desde el 2009, durante su primer período de gobierno, el presidente Barack Obama había tomado algunas medidas en favor de flexibilizar los viajes familiares, facilitar el envío de remesas a familiares y amigos, así como conceder licencias a compañías de telecomunicaciones para operar en Cuba.

“De igual manera, el gobierno cubano, que preside Raúl Castro, ha venido tomando, desde hace varios años, un conjunto de acciones que revelan la voluntad política de introducir cambios en los mecanismos de funcionamiento de la economía de su país”, explicó.

El expresidente Fernández señala que para encontrarle una solución a la situación de Alan Gross, un contratista de USAID condenado a 15 años de prisión por presuntamente intentar, mediante la distribución de equipos tecnológicos, provocar desestabilización política en Cuba; y por el otro, el de los tres ciudadanos cubanos condenados en los Estados Unidos por supuestos actos de espionaje el presidente Obama buscó durante los últimos tres años diversas alternativas, entre ellas, inclusive, la intermediación de la República Dominicana frente al gobierno cubano.

“Las negociaciones se realizaron. Hubo un intercambio de prisioneros, el anuncio de apertura de embajadas en las capitales de ambos países y la reanudación de relaciones diplomáticas formales”, relató.


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