Por Loida Sánchez
La inversión
pública en salud alcanza un 2,8% del PIB muy por debajo del promedio de la
región
En
nuestro país, desde la sociedad civil, la iniciativa está liderada por la
Fundación Plenitud, organización no gubernamental, que brinda servicios de
asistencia técnica, entrenamiento y fortalecimiento de las capacidades a los
países de América Latina y el Caribe, así como en otras regiones del mundo,
para apoyarlos a cumplir sus metas de desarrollo.
Magdalena
a Rathe, presidenta de PLENITUD, entiende que la República Dominicana ha dado
pasos importantes para asegurar la salud para los dominicanos y
dominicanas. “Nuestro sistema de salud deberá mejorar su desempeño para
lograr los mejores resultados posibles de salud para toda nuestra población
además de protegerla contra los riesgos financieros de la mala salud, por un
lado, y de responder a las necesidades de las personas en términos de su
dignidad y sus derechos humanos”, asegura la Rathe.
La nota de prenda emitida por la entidad informa que la
República Dominicana enfrenta grandes retos en este sentido. En efecto, el
financiamiento público a la salud alcanza el 2.8% del Producto Interno Bruto
(PIB) cuando se incluye en este monto los aportes a la seguridad social en sus
dos regímenes en ejecución, el subsidiado y el contributivo, lo cual pone al
país muy por debajo del promedio regional.
“Alcanzar la
cobertura universal requiere, entonces, aumentar la inversión pública en salud
– pero asegurando la calidad, la racionalidad y la atención a las prioridades.
Tenemos esperanzas de que el nuevo equipo al frente del sector en estos
momentos asuma, por fin, el liderazgo que necesitamos”, afirma Rathe.
En el
caso de la República Dominicana, el país se ha propuesto, y así lo ha
consagrado en sus leyes, alcanzar la cobertura universal a través del Seguro
Familiar de Salud (SFS) con un mismo paquete de prestaciones, de la misma
calidad y cantidad para todos, independientemente de su capacidad contributiva.
Situación de la República Dominicana alrededor de la Cobertura Universal
de Salud
Uno de los
grandes logros del sistema dominicano frente a otros sistemas en el mundo, es
haber establecido un mecanismo de recaudación y pago unificado, que ha
funcionado de manera exitosa y transparente.
Otro
aspecto importante es haber establecido la base legal e institucional para
definir el contenido del paquete, su costo, el monto del per-cápita y la forma
de administrarlo. “Para esto las instituciones que realizan estas funciones
tienen un nivel de profesionalidad que les permitiría avanzar en el proceso de
priorización, a partir de recibir la guía adecuada y si se resguardan de la
politización y las influencias de grupos de poder”, enfatiza la presidenta de
PLENITUD.
“No es
ninguna novedad el hecho de que en el sistema como un todo persisten graves
problemas, como el hecho de que un 40% de la población todavía no está afiliada
al SFS, que existen elevados co-pagos y cobros ilegales por parte de los
proveedores, que falta cobertura de intervenciones esenciales o no está claro
el proceso de inclusión o exclusión de las mismas dentro del Plan De Servicios
de Salud (PDSS), que no existe un sistema de priorización sustentado sobre
bases técnicas y científicas robustas, que asegure que las necesidades de la
población dominicana sean resueltas”.
A estos
factores Rathe agrega la falta de integración y de funcionalidad de las redes
de proveedores, particularmente la ineficiencia de los servicios públicos y la
incapacidad que ha tenido la conducción del sistema para implementar el primer
nivel como puerta de entrada y de hacer realidad la estrategia de atención
primaria (incluyendo la capacidad de dar seguimiento a los pacientes a todo lo
largo del sistema de salud y en el tiempo, lo cual es cada vez más importante
dado el envejecimiento de la población y el aumento en la prevalencia de
enfermedades crónicas).
“Adicionalmente,
la función de rectoría ha sido casi inexistente por décadas, incapaz de
establecer las normas y de hacerlas cumplir, ni de producir de manera
sistemática la información esencial para la toma de decisiones”.
A fin
de alcanzar la cobertura universal, se requiere poner la atención en tres áreas
fundamentales: cobertura, calidad y eficiencia.
Es
evidente que alcanzar estos logros requiere de una mayor asignación de fondos
públicos al sistema de salud. En la región latinoamericana, la Organización
Panamericana de la Salud (OPS), trazó recientemente una hoja de ruta para
alcanzar la cobertura universal. La base de esta nueva estrategia es la de
corregir las desigualdades en el acceso a los servicios, señalando que un 30%
de la población de esta región no puede acceder a los mismos por razones
financieras. La OPS señala que uno de los obstáculos es la falta de asignación
de fondos públicos al sistema de salud, considerado éste como uno de los
grandes desafíos. El promedio de gasto público en salud la región de las
Américas es de un 3.8% del PIB mientras que en los países de la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económico (OECD) asciende al 8%.
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