Por Loida Sánchez
Aseguró el Presidente de Alianza País, que sólo
la renuncia del Dr. Mariano Germán abre la posibilidad de integrar un
poder judicial bajo criterios de absoluta independencia partidista, de
capacidad y de un ejercicio profesional apegado a la ética y valores
democráticos.
Afirmó Guillermo Moreno, que el poder judicial
bajo la dirección del Dr. Mariano Germán de forma reiterada ha favorecido con
la impunidad a los corruptos de los gobiernos del Dr. Leonel Fernández y la
evidencia está en que todas las querellas y denuncias interpuestas contra
el expresidente, el senador Félix Bautista y Víctor Díaz Rúa, en todas
las jurisdicciones tienen como único destino el archivo judicial.
Consideró Moreno que nuestra sociedad no puede
continuar indiferente ante la caricatura de Poder Judicial diseñado
por el expresidente Leonel Fernández luego de la modificación de la
Constitución en el 1910.
Moreno explica que la ciudadanía no puede
continuar siendo humillada por la comedia judicial que en su
rol de magistrados escenifican los Dres. Mariano Germán, Frank Soto y Alejandro
Moscoso, y muchos otros en las distintas jurisdicciones, aseveró el
dirigente político.
Sugiere que es la falta de castigo lo que ha
hecho que en la República Dominicana la corrupción se haya convertido en un
fenómeno estructural y que como pandemia recorra todo el cuerpo
social de la nación.
Afirmó que la corrupción administrativa
representa en el país entre un 20 y 25 % del presupuesto nacional, lo que
equivale a más de 100 mil millones de pesos anuales. Ese volumen de robo
del dinero público nos empobrece a todos, en especial a los más pobres,
privándoles del derecho a la educación de calidad, al empleo decente, a la
salud y la seguridad social.
Consideró Moreno que la corrupción sin castigo
produce un profundo daño moral en la sociedad, relegando a un segundo
plano el trabajo, la creación de empresas, los negocios, el éxito profesional o
el talento.
Por todo esto, para la ciudadanía consciente es
un imperativo parar la corrupción y enfrentar la impunidad que la
protege para restablecer el imperio de la ley y fortalecer la institucionalidad
democrática.
Y para acabar con la impunidad y sancionar la
corrupción resulta imprescindible un poder judicial independiente, que
no esté bajo el control de ningún partido ni de ningún interés corporativo.
Sólo una justicia independiente, honesta,
creíble, justa, apegada a la ley, puede fortalecer la institucionalidad democrática,
llevar el Estado al respeto de la legalidad, enfrentar la corrupción, acabar
con la impunidad y detener el acelerado deterioro moral de nuestra nación.
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