Por Nehemías Isabel Salazar
CRONOS
En la antigüedad, para medir el tiempo, existieron diferentes
tipos de relojes; por ejemplo en Roma, hubo un gran ingeniero, arquitecto y
escritor, llamado Marco Vitruvio,
quien fue uno de los precursores de éstos arquetipos y habló de los medidores
del: sol, aire, agua y otras menciones que no tan conocidas en los planos
conceptuales comunes.
Otro concepto de tiempo, en civilizaciones tan antiguas, como los
egipcios, calcularon los movimientos de éste, analizando las rotaciones del
sol. En la mitología griega, Cronos, era la personificación del tiempo, y su
hijo Cairos lo consideraban el tiempo eterno e ilimitado. Cronos era uno de los
dioses más poderosos de la mitología, porque todo se realizaba con su
consentimiento, inminencia y predestinación; su presencia era obligatoria para
el zodiaco, las estaciones del año y todas las demás actividades sociales.
El primer reloj sistemático, mecánico y físico, fue construido por
Richard Wasigford, en Inglaterra en 1326, influenciado por los desplazamientos
constantes del sol. Esto provocó en Europa grandes cambios sociales, jurídicos
y políticos durante la época. Las sociedades comenzaron a perfeccionar los
relojes y lo utilizaron para organizarse y planificarse en las estructuras
civiles y políticas de todos los Estados de occidente, oriente u otros
continentes.
Así pasó a ser, de un objeto novedoso y creativo arquetipo, a ser
un determinante controlador de toda la vida humana, desde aquél tiempo hasta
nuestros días.
Es decir, que los relojes son instrumentos sistemáticos que
utilizamos para medir el tiempo natural, en
un ordenamiento matemático o convencional, que ha sido establecido de forma
global en todos los países del mundo, como son los días, horas, minutos,
segundos y milésimas.
Hoy en día, nuestras vidas se programan y se organizan a través de
una lógica sistemática y monótona, calculada por el tiempo y un medidor que es el reloj,
diseñado por el hombre, que nos hace ser de manera consciente o inconsciente,
en máquinas existenciales, con sellos de prescripciones en las frentes, como
algo absoluto y real.
El físico Albert Einstein,
una vez afirmó que el tiempo es relativo,
porque todo es relativo bajo los universos paralelos. El inmortal filósofo
griego, Heráclito, también señaló que
nunca nos bañamos dos veces en el mismo río. Con estas afirmaciones, se
deja entredicho, que no solo nacemos para morir, como una aventura y nada más.
Incluso, se afirma que existe probabilidades en el universo y cambios mecánicos
que no son horizontales, sino verticales o convexos.
Por lo tanto, debemos entender, que nuestras sociedades planifican
todas las cosas: la economía, nuestras ganancias financieras, nuestros futuros
políticos, funerales, etc. También calculamos con el reloj nuestros disfrutes,
los momentos de pasiones para las travesuras y nos desprotegemos
filosóficamente del ser, que muchas veces nos suelen matar la naturalidad de la
espontaneidad y la autodeterminación.
Si es cierto que nacemos y morimos, no menos cierto es, que en
esta trayectoria de vida, todo se convierte en una complejidad ilimitada, que
no podemos canalizar a través de un juicio predeterminado ni concluir cómo nos
irá en el desarrollo personal, social o humano.
El tiempo es la magnitud física, según la definición técnica por científicos experimentales, para
medir las duraciones o acontecimientos, del pasado, presente y predeterminar
los hechos futuros. Pero si analizamos el tiempo de dos formas, que denominaré:
1-tiempo lineal y 2-tiempo mecánico.
El tiempo lineal, lo podemos definir, como aquél que se puede
planificar, como las horas, segundos, los días del año, los meses, etc.; el
tiempo mecánico, es el tiempo que no podemos precisar con exactitud, que nos
aproximamos a él, pero que resulta relativo para la comprensión humana.
Si analizamos estos tiempos, nos daremos cuenta que el tiempo
lineal, es inventado por los hombres para organizarse en sociedad, para
planificar los acontecimientos, hechos o sucesos venideros, para prevenir. Pero
es posible que el pasado, presente y futuro, solo sean formulaciones
conceptuales y todos los días resulten iguales. Pero el tiempo mecánico podría
ser, el tiempo circular que tiene el universo para su funcionalidad con algunas
variaciones. Es decir, las estaciones del año, puede ser un tiempo circular,
los movimientos de los planetas, de la tierra y demás sistemas solares o
constelaciones.
Siendo así, el tiempo mecánico, resultaría ser el tiempo real y el
tiempo lineal, como una forma de vida de los seres humanos. Nosotros somos los
que perecemos, la vida y naturaleza continúa su tiempo circular, nada muere en
sí, todo se transforma y renace.
Perecemos, pero la naturaleza sigue su curso eterno, sin parar,
reproduciéndose en cada instante con nuevos pobladores del mundo, nuevas
criaturas y diversas formas de universos. Sentir el tiempo desde un punto de
vista lineal, es solo pretexto para limitarnos a probar el néctar de la vida.
Para limitarnos en nuestra comprensión y hacer que no percibamos el tiempo como algo cíclico. Tal vez más
allá de la razón y del entendimiento humano, todo sea constante y sólo mutemos
en nuestra forma de vida. Es posible que las cosas dentro de cien años estén
más esclarecidas en torno al tiempo y las incidencias en nuestras vidas.
Stephen Hawking, está inmerso en los agujeros negros y los universos paralelos.
Pronto tendremos informaciones más precisas sobre el tiempo.
Mientras tanto el tiempo
y la naturaleza se funden en una sola
cosa. Todo radica en una asombrosa constante de gran evolución que nos hace ser
seres nómadas, en un mundo reciclado.
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