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El reto de asumir la Superintendencia de Bancos en medio de la peor pandemia en 100 años

Alejandro Fernández Whipple concentra sus esfuerzos en minimizar impacto del covid-19 en el sector inanciero y en garantizar su fortaleza y capitalización

Los primeros tres meses (y unos días) de gestión del superintendente de Bancos, Alejandro Fernández Whipple, han sido muy activos. Asumir en medio de una pandemia, que indefectiblemente ha tenido su impacto negativo en el sistema financiero, como en el resto de la economía, le pusieron algunos ingredientes (y variables) extras a la receta que traía una vez asumiera el cargo. Todo ha salido bien.

Como es lógico, lo primero que tuvo que hacer (literalmente) fue tomar el control de una organización que, como la Superintendencia de Bancos, debe hacerse de forma fluida pensando siempre en la eficiencia, como carta de actuación, y en la sensibilidad que caracteriza al sistema financiero. Admite que no es algo tan sencillo, sobre todo por el contexto de crisis económica en que llega la nueva administración del Estado, especialmente por la pandemia provocada por el covid-19.

Habló con elDinero de una forma explícita: las circunstancias mandaban a actuar con mucha prudencia e inteligencia. “Luego de los primeros 100 días de gestión fue que comenzamos a dar algunas declaraciones públicas porque entendemos que lo primero era enfocarnos en temas de fondo y también de organización en la Superintendencia. Yo diría, si pasara revista a este período, que nos hemos concentrado en ese proceso y haber logrado que haya sido de la forma más razonable posible”, explicó.

Dijo que el proceso de fiscalización y supervisión durante los primeros meses de gestión se han dirigido a analizar, evaluar y entender lo que ha sido el impacto del covid-19 sobre los balances de las entidades de intermediación financiera. ¿Cómo se hizo el proceso? Fernández Whipple explicó que se convocaron a los principales ejecutivos de las instituciones financieras reguladas o fiscalizadas por la SB, sobre todo las más grandes o que concentran alrededor del 90% de los activos del sistema para que mostraran qué habían hecho para manejar la situación del covid-19.

En el encuentro, explicó, se hizo hincapié en la necesidad de constitución de provisiones y de reservas. Recordó que a raíz de la flexibilización que otorgó la Junta Monetaria en marzo de este año se permitió que las entidades siguieran prestando sin la obligación de constituir la totalidad de las provisiones de manera inmediata, pero de todos modos, y dice que lo vio bastante bien, las entidades siguieron provisionando en su mayoría.

“Le pedimos que nos dijeran sobre los impactos en los balances al cierre de 2020 y las proyecciones formales para este año y para 2021 y cómo esto ha impactado las posiciones de capital de cada una de las entidades. Además de mandar una señal de la importancia de la continua reserva o constitución de provisiones, también indicábamos que tenemos la expectativa de que no se estarán pagando ningún tipo de dividendos en efectivo o sacando dinero del sistema bancario en estos momentos, sino todo lo contrario”, expresó.

Destacó la decisión de la banca de capitalizarse mejor y, como se ha visto, resaltó las nuevas emisiones de deuda subordinada, que son, en efecto, instrumentos de capitalización del sector financiero. ¿Dónde está el sector ahora? Explicó que fruto de esas informaciones que le requirieron a las entidades, las cuales están bajo análisis junto con el Banco Central, se llevará a la Junta Monetaria su posición para ver cómo se prepararán para el escenario que plantea el 2021.

El superintendente Alejandro Fernández Whipple entiende necesario impulsar más los subagentes bancarios y la tecnología en la intermediación financiera. | Lésther Álvarez

Para la recuperación plena de la economía, sostiene, es importante y crítico seguir contando con un sector bancario fuerte y sano como el que tiene República Dominicana para estar en capacidad de acompañar al sector real en su reactivación económica. Indicó que esta será una de las contracciones económicas más importantes, pero con la esperanza de que en 2021 se registre una reactivación de la economía muy importante.

El otro punto que destaca es lo que se ha logrado en Prousuario, a través de su relanzamiento y capacidad de respuesta. Señal que ya es un organismo con su microportal, con un equipo fortalecido, al que se han sumado profesionales de la más alta calidad con el propósito de lograr una respuesta más rápida y efectiva a los usuarios del sistema financiero.

“Buscamos, incluso, ver si algún usuario está escribiendo sobre alguna situación con una entidad bancaria y así poderlo contactar para saber cómo se puede ayudar. Primero se le escribe de manera pública para ofrecerle algún acompañamiento”, explicó.

Fernández Whipple garantizó que Prousuario tiene ahora un sistema fluido de comunicación, garantizando que si los agentes de Santo Domingo están ocupados, pues la llamada cae directamente al equipo que está en Santiago, que es donde también hay un equipo de representantes de atención al usuario.

El superintendente de Bancos admitió que uno de los efectos más visibles del covid-19 en la banca es la duplicación de los niveles de morosidad en la cartera de crédito de los bancos. Indicó que si antes promediaba un poco por debajo del 2%, ahora podría terminar, preliminarmente, en un 4%.

“Esto es a groso modo, todavía no puedo darte el número específico, pero sí hasta el momento todavía la cifra de octubre la cartera vencida andaba por el 2.1%. Si lo comparas con octubre de 2019 es un aumento de un 0.4%”, explicó.

Sin embargo, señaló que esto no quiere decir que en esta variable está el impacto total de la pandemia en el balance de los bancos, sino que es preciso recordar que como hubo un período de gracia, es decir, los tres meses, hay un efecto diferido de cuándo se reflejará el real deterioro en la cartera de los bancos.

Según Fernández Whipple, los bancos también han castigado de una manera muy importante los préstamos vencidos. En ese orden, señaló que la cobertura de la cartera era de 150 y ahora está en 172. Entre enero y octubre de 2019 se había acumulado en gastos RD$13,983 millones en provisiones (gasto constituido) y para el presente año, en el mismo período, fueron RD$24,186 millones, lo que significan más de RD$10,000 millones adicionales en provisiones.

Si bien la gracia benefició a los usuarios de la banca, especialmente a aquellos que vieron caer sus ingresos durante los primeros meses de la pandemia, también fue un punto positivo para la banca, con lo cual concuerda el superintendente de Bancos, pues se cuidó la variable morosidad, lo cual es importante para la salud del sector.

“Debo decir algo: creo que la gracia fue poco entendida por muchas personas y esa es una de las cosas que lamentamos. No se puede hablar de gracia cuando tú dejas de pagar capital e intereses. Hubo instituciones que cuando publicaron la gracia informaron que exoneraban el pago de la cuota o que liberarían los pagos durante esos meses. Creemos que la redacción debió haber sido que diferían o extenderemos/aplazaremos”, explicó.

En lo que compete a la rentabilidad del sistema en los primeros diez meses de 2020, respecto a igual período de 2019, el superintendente de Bancos admitió que hay una ligera disminución. El retorno sobre activo (ROA) era de un 2.4% a octubre del año pasado, mientras que ahora bajó a 1.9%. Mientras, el retorno sobre el patrimonio (ROE) pasó de un 20.1% a un 16.8%.

El superintendente de Bancos (SB), Alejandro Fernández Whipple, reveló que el personal de la institución fue evaluado durante los primeros meses de su gestión y más de 100 colaboradores fueron desvinculados.

El funcionario, que ofreció una entrevista al periódico elDinero, aseguró que las desvinculaciones se hicieron conforme a un proceso de evaluación, tanto del perfil del expediente, pero también de la necesidad de esas posiciones dentro de la organización.

“Creo que se logró de una manera bastante equitativa, aunque está claro que siempre habrá quejas y reclamos”, dijo Fernández Whipple, al tiempo de valorar la alta calidad de los colaboradores de esa gestión.

Uno de los aspectos que más critica el nuevo superintendente es el silencio casi absoluto de las pasadas autoridades en torno al proceso mediante el cual se otorgó un período de gracia para los ahorrantes en medio de la pandemia del covid-19. Según entiende, las implicaciones de esta decisión no fue lo suficientemente bien comunicada, razón por la que muchos no la entendieron.

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